KLIMTA

A ROOM OF MY OWN

Friday, September 29, 2006


A menudo me quejo de cosas sin importancia y por las que una no se debería quejar, simplemente lo hago por apatía circunstancial; con frecuencia suelo complicar la cabeza con historias que no tienen la mayor relevancia y deberían ocupar mi cabeza tan sólo el tiempo justo. Sin embargo hay circunstancias, personas que me hacen reaccionar, ser realista, simplificar la vida y me dan mucha fuerza. Hoy S. ha sido una de ellas. Ella me ha arrebatado esta mañana ese tedio, esa apatía y desgana con la que me he levantado.
S. es una adolescente con cuerpo y mentalidad de niña, muy niña, con una serie de trastornos que no le hacen ver la vida con el entendimiento y la claridad que se supone debería tener. Por el contrario, tiene un corazón enorme y agradece cualquier gesto que tengas con ella, hay que ganársela para que te regale una sonrisa, o te mire simplemente a los ojos, pero cuando lo consigues notas que te la regala de verdad.

Y yo pensando en el sueño de esta mañana, el trabajo que me quedaba por hacer a lo largo de todo el día y reparando en la mala cara con la que me he levantado!!! Gracias S.

Sunday, September 24, 2006

SÁBADOS DE OTOÑO


La verdad es que no daba llegado, me gusta el verano pero, como casi todo, en su justa medida. Una vez que vuelve la rutina de trabajo, el año escolar se inicia, prefiero que el tiempo que me acompaña en el día a día sea suave, húmedo, fresquito, en definitiva, otoñal. Esta climatología hace de catarsis en mi cuerpo y en mi mente para decirme que estamos ya en otra etapa de la vid. En ocasiones se torna demasiado gris y nos sugiere un poco de tristeza, sin embargo a mí me pone las pilas para trabajar y disfrutar de otro tipo de actividades que suelo dejar aparcadas durante el verano.

EL OTOÑO SE ACERCA

El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

Ángel González