KLIMTA

A ROOM OF MY OWN

Monday, July 11, 2005


Waterlillies by Monet

PARA MI SOLE

Entré en la habitación de aquel hospital y lo primero que ví fue una niña con cara triste y gris, sin pelo, sentada en el borde de la cama. Su madre, una mujer fuerte de cabellos cenizos recogidos en un moño, intentaba convencerla con una ternura increible para que se comiera un plátano. No quería, no tenía hambre, su rostro mostraba repugnancia.
Me comunicaron que mi cama era la del medio, a mi izquierda estabas tú. tu pared tenía carteles que decían FELICIDADES SOLE, FELIZ CUMPLEAÑOS, y un par de globos permanecían colgados pero ya muy arrugados, a punto de deshincharse por completo. Te pregunté si era su cumpleaños y me dijiste que había sido el día anterior pero no el único que habías pasado en el hospital, un año antes también lo habías celebrado en aquel lugar. Esto fue lo único que me comentaste aquella primera tarde en el hospital y lo hiciste con desaire, con rabia, una forma de hablar que me sorprendió pero en breve comprendí a qué se debía.
Permanecí en aquel hospital dos meses y tú, y tu familia, siempre conmigo. Poco a poco fuiste ganando confianza y nos hicimos inseparables. Tu pequeña y delgada piernecita no tenía muchas fuerzas y te producía dolor, mucho dolor por ello permanecía todo el tiempo recluida en la habitación y apenas saltabas de la cama, te conformabas con que yo, o tu inseparable madre, te subiésemos la cama para jugar a los "números", al parchis o a las cartas.
Nadie mencionaba la palabra cáncer, tan solo biopsia, defensas, glóbulos y como no el portacath, y el "filete" (el que mejor te comías....), apagabas la televisión de forma radical y sin preguntar cuando aparecía aquel anuncio de "Ayuda Contra el Cáncer" y todos nos quedábamos mudos......... ¿qué te íbamos a decir? Tú ya sabías tu verdad pero nosotros preferíamos admitir que no la sabías.
Fueron muchos días de espera, los resultados siempre demoraban para ti, pero no para tu familia, ellos sabían la verdad. Los últimos análisis resaltaban que la enfermedad se había extendido y ya no estaba en el huesecito de tu piernecita, pero tus defensas estaban al límite y por eso tampoco había quimio, tan sólo unas cuantas sesiones de radio y ........... por fin asomaba tu pelito ondulado, trigüeño, y tú con lo coqueta que eras no lo dabas amañado.
Pasamos dos meses juntas, dos meses que fueron una lección de vida para mí insuperable, mantuvimos el contacto durante los dos años siguientes durante los cuales la maldita enfermedad te fue apagando y dejándote como un pajarito,tu cuerpo menguaba día a día y tu consciencia desapareció un día de febrero.
Mi ángel, yo sé que estás siempre aquí, pero hoy he leído en mi periódico, "El Pais", un reportaje que me hizo recordarte especialmente y trajo a mi mente, con tristeza pero con alegría por haberte encontrado, aquellos días que pasamos juntas. GRACIAS MI SOLE.