A NOSA LINGUA
NO ES EL GALLEGO, SON LOS GALLEGOS, Suso de Toro
El gallego fue para queimadas e inauguraciones; lengua ritual. Ahora una estadística más demuestra que tampoco el sistema educativo cumple con la ley: un "fracaso insólito". No es exactamente insólito, lo sabíamos todos.
Pero basta de descansar todos los problemas sociales en la enseñanza. La escuela no es el bálsamo que cura todas nuestras irresponsabilidades. Más bien es nuestra coartada para no asumirlas. Y basta también de mirar solamente para la administración, ésta o aquélla, y para la política: somos nosotros los que verdaderamente decidimos. El gallego está en la situación histórica en que está porque la sociedad gallega así lo está decidiendo día a día. Con los condicionantes históricos que tuvimos y tenemos, efectivamente, pero al final la sociedad sopesa y opta. Y estamos optando por que desaparezca. Y no es un asunto cultural, es una parte más de un gran problema: nuestro fracaso histórico como país, el fracaso del gallego es el fracaso del país de los gallegos. Incapaz de dirigirse y solucionar sus problemas; de ser. El catalán no desaparece, ni el vasco, porque a pesar de no tener estado propio hay voluntad política de que el país no desaparezca. Y hay voluntad política porque hay voluntad social de que sea así.
Pero basta de descansar todos los problemas sociales en la enseñanza. La escuela no es el bálsamo que cura todas nuestras irresponsabilidades. Más bien es nuestra coartada para no asumirlas. Y basta también de mirar solamente para la administración, ésta o aquélla, y para la política: somos nosotros los que verdaderamente decidimos. El gallego está en la situación histórica en que está porque la sociedad gallega así lo está decidiendo día a día. Con los condicionantes históricos que tuvimos y tenemos, efectivamente, pero al final la sociedad sopesa y opta. Y estamos optando por que desaparezca. Y no es un asunto cultural, es una parte más de un gran problema: nuestro fracaso histórico como país, el fracaso del gallego es el fracaso del país de los gallegos. Incapaz de dirigirse y solucionar sus problemas; de ser. El catalán no desaparece, ni el vasco, porque a pesar de no tener estado propio hay voluntad política de que el país no desaparezca. Y hay voluntad política porque hay voluntad social de que sea así.
[...]Aquí es exactamente lo contrario, somos como inmigrantes en nuestro propio país: son los padres gallegohablantes. El trabajo lo hacen las madres, quienes inducen a sus hijos a pasarse al castellano. Porque aquí las reglas del juego son inversas, todos sabemos que la gente que ocupa cualquier posición de poder es castellano hablante y, en los casos más benévolos, considera al gallego como algo rústico y a "conservar" litúrgicamente, en conserva. Es lo que hay, no tuvimos clase dirigente, tenemos unos pocos ricos incultos e ideológicamente colonizados que ignoran la historia de su país y desprecian su propio origen. Y la gente, como en todas partes, se adapta a lo que hay. No somos ni más listos ni más tontos que los demás.
La batalla no está en la escuela, está en las cabezas de los padres y madres que, con sentido común, no creen en las palabras huecas que se dicen sino en lo que sus ojos ven. Y lo que ven es que una mejor posición social para sus hijos pasa por no parecerse a sus padres y mucho menos a sus abuelos. Pasa por el autoodio. Por despreciar nuestra lengua, por borrar incluso el acento e imitar el deje de cualquier gilipollas, siempre que no sea de aquí.
La batalla no está en la escuela, está en las cabezas de los padres y madres que, con sentido común, no creen en las palabras huecas que se dicen sino en lo que sus ojos ven. Y lo que ven es que una mejor posición social para sus hijos pasa por no parecerse a sus padres y mucho menos a sus abuelos. Pasa por el autoodio. Por despreciar nuestra lengua, por borrar incluso el acento e imitar el deje de cualquier gilipollas, siempre que no sea de aquí.