KLIMTA

A ROOM OF MY OWN

Wednesday, April 13, 2005

A SHORT-STORY

Estaba sentada en la mecedora que mi abuela había utilizado para pasar tantas tardes mirando a la calle matando el aburrimiento. La mecedora era de madera noble y crujía con cada balanceo. Aquella calle llena de gente que iba y venía, que animaba las tardes de mi abuela, ya no existía pues el centro del pueblo se había desviado hacia la parte nueva. Esta calle ahora era silenciosa, justo lo que precisaba SILENCIO. Ese SILENCIO placentero, lleno de misticismo y que tanto me reconfortaba al permanecer sentada en aquella mecedora crujiendo, viendo por la ventana, aquella ventana de cuadraditos ribeteados de madera y allí fuera ... una calle vacía, SILENCIOSA. El único sonido que podía percibir, además del crujir de la mecedora, era el de la lluvia, lluvia fina que apenas hacía ruido al rozar el suelo y caía de una forma tan continua que era un acompañamiento perfecto. En el medio de aquel SILENCIO acompañado descubrí que dentro de mí también había SILENCIO y éste no estaba acompañado......... .