KLIMTA

A ROOM OF MY OWN

Sunday, October 16, 2005

Un grano de arena en forma de poesía (ajena)

Quién pudiera, algunos días
dejar pasar las horas
con los ojos sutilmente entornados
y la mente vagando por alguna otra parte del espacio
donde los relojes sólo marquen las horas
que uno desea saborear.

Quién pudiera, algunas veces,
intrépidamente escapar de las redes infernales
en las que el tiempo teje su maraña audaz
y guarecido en algún prudente lugar
observar el imperturbable movimiento
de las manecillas del reloj sin sus efectos.

Quién pudiera parar el tiempo con una mano
y con la otra hacerlo moverse al compás
de una canción de amor inolvidable,
y que el abrazo impetuoso
de una pareja de amantes danzarines
fosilice al instante, eternamente.

Quién pudiera tener un corazón
insensible, resistente y desapasionado
como un reloj de acero inoxidable,
para que nunca pudiera pararse
ni por los efectos de los elementos naturales
ni por un instante de malos humos.