KLIMTA

A ROOM OF MY OWN

Wednesday, January 17, 2007

INDIA (II)




Partimos de Mandawa para Jaipur. En el tortuoso camino encontramos multitud de templos a diversas divinidades (mono, Ganesh, Vishnu, etc), algunos son mini templos, cualquier ladrillo, caja o plástico sirve para levantar un templo. Jaipur resulta ser una ciudad grande, caótica y con un ruido insoportable. Es conocida por se la ciudad rosa, yo diría pseudo-rosa pues la polución y la suciedad general han modificado considerablemente el esplendor de los edificios de esta ciudad. Destacaría el Palacio de los Vientos, construcción barroca, lo único que existe es la fachada y a través de las pequeñas ventanitas las mujeres podían ver los desfiles que pasaban por delante del palacio, sólo a través de las celosías. En Jaipur, también disfrutamos del Amber Palace y el observatorio, muy importante en su época por la cantidad de instrumentos astronómicos y la precisión de los mismos. En un puesto de la calle, medianamente decente, nos tomamos un "lassi" (una especie de yogur) en un vaso de arcilla. La costumbre india es bebértelo y arrojar el recipiente al suelo y dejarlo allí, a mí me hacía ilusión traérmelo y andaba con mi vasito en la mano y me miraban y me decían "pero tíralo ahí que no pasa nada", para ellos era un bicho raro.
De Jaipur pasamos a Pushkar, ciudad sagrada, con un lago precioso y unas puestas de sol impresionantes de bonitas. Quizás sea la ciudad más occidentalizada y muy hippy, algunos diría yo que muy disfrazados. Aquí estuvimos cuatro días pues el lugar lo merece, es muy pequeño pero el ambientillo que entremezcla misticismo, paz, y al mismo tiempo las calles llenas de gente han hecho que sea uno de nuestras visitas preferidas. Fue también el sitio donde mejor comimos, los Thalis y Paneers eran muy buenos y el hotel de ensueño con ser baratísimo.
Desde aquí nos desplazamos a Roopangarth. Una pequeña aldea, donde vivimos de nuevo la auténtica india, sin turistas, tan sólo un adulto y algunos niños hablaban inglés. Destaca su magnífico fuerte, con unas habitaciones propias de un maharajá que no pudimos disfrutar por ser Fin de Año y estar todo completo. A los pies del fuerte se rinde el resto del pueblo. Pasamos una tarde muy entretenida jugando al cricket con estos niños y aprendiendo vocabulario hindi y maruwari.
Nuestro recorrido tocó su fin visitando Delhi. Se divide en New Delhi (con todo lo propio de una ciudad muy grande, relativamente ordenada para ser India y con tiendas de todo tipo y todas las marcas) y Old Delhi (destacaría el Fuerte Rojo, una construcción vasta que tiene murallas, templos, jardines pero, como casi todo lo que vimos, sin cuidar y despojado de piedras preciosas, sucio, etc).La fotografía de la derecha está sacada en el parque que rodea al lugar donde incineraron a Ganhi en Delhi.

Esto ha sido el resumencito del viaje, en otro post me gustaría hacer una valoración de su sociedad. Llegará en breve.

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